Fecha: 17-10-04
Participantes: Teresa, Pablo, Myriam, Lara, Karmelo,
Elvira
Comentarios: Paseo corto, fácil y
accesible para todos,
excepto para los que tengan mucho vértigo
Pasado el túnel del Somport, y el pueblo de Urdos, dejamos la carretera en un desvío a la derecha marcado como Etsaut. Cruzamos un puente y enseguida dejamos también esa carretera entrando a la derecha. Allí hay una explanada donde aparcar, pero seguimos un poco más hasta una curva cerrada, donde dejamos el coche (hay poco espacio, por tanto a veces mejor dejarlo en el aparcamiento anterior)
Allí mismo unos carteles indican la Chemin de la Mâture. Mientras nos preparamos, detrás de un cercado viene un burro al trote y se queda a la expectativa mirándonos; suponemos que debe estar acostumbrado a que los turistas le den de comer.
0:00 Salimos a las 10:40 por amplio camino que pasa frente a una granja. Poco después giramos a la izquierda y comenzamos la subida por senda excavada en roca. Realmente esto no se aprecia del todo hasta la vuelta, cuando se ve de bajada. Hay equipamiento de diversas vías de escalada, pero la mayoría parecen "mu complicás".
El camino, que no tiene pérdida ya que el único desvío posible sería saltando al precipicio ;-) avanza por un barranco impresionante con enormes paredes verticales a ambos lados del río, que discurre mucho más abajo al fondo.
0:50 Pasamos junto a una granja; ya no caminamos por precipicios sino que nos adentramos en un hayedo con un encantador ambiente otoñal, que con las cimas blancas por una reciente nevada completan el paisaje.
1:08 Llegamos al final del "Chemin", un cartel indicador nos señala dos posibilidades, un camino descendente a la derecha baja en 150 m. hasta un puente que cruza el río, y el otro ascendente a la izquierda marca el Col d'Arras. Tras bajar hasta al puente, todavía es pronto así que retrocedemos y decidimos seguir un rato el camino ascendente. Al poco accedemos a una pista mayor y vamos hacia la derecha. Seguimos el camino en agradable paseo hasta llegar a un pequeño refugio libre, acogedor, recién restaurado, donde paramos un buen rato a comer, contar batallitas y disfrutar del día, y donde decidimos terminar nuestra excursión-paseo.